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domingo, 27 de diciembre de 2015

SOBRE EL LIBRE ALBEDRÍO, EL DETERMINISMO CIENTÍFICO Y OTROS ASUNTOS.

08 de noviembre de 2015

Una conversación mantenida recientemente con un vecino de la urbanización donde vivo me ha hecho pensar sobre estos temas y ha sido determinante para preparar y editar en mi blog este artículo.

Es fundamento de la ciencia, que toda la materia y energía que existe en el universo depende en todo momento de las leyes universales de la física que son las que dirigen el funcionamiento y la evolución de todo lo que existe y ésto es así, tanto a nivel cósmico como a nivel subatómico.

Aunque creemos que podemos elegir entre las diferentes opciones que se nos presentan; los conocimientos biológicos que existen sobre las bases moleculares nos demuestran que los procesos biológicos que determinan nuestra elección están regidos por las leyes de la física y la química, de la misma manera que están determinadas las órbitas planetarias, el funcionamiento y evolución de la vida vegetal y animal o los cambios existentes a cualquier nivel.

Las personas como seres humanos, cada uno de nosotros, somos el resultado, como decía Ortega y Gasset, del “yo y las circunstancias”; es decir, nacemos con nuestra herencia biológica determinada por nuestros genes en el ADN y eso fija cual es nuestro carácter; osea, si somos susceptibles de actuar violentamente o con pasividad, si nos mostramos habitualmente hiperactivos o tranquilos, si nuestro coeficiente intelectual es característico de personas inteligentes o torpes, etc. Igualmente, las circunstancias nos influyen de una manera determinante. No es lo mismo haber nacido en época prehistórica, que en la edad media, o en la época actual. Y en el caso de haber nacido en el siglo XX ó XXI, no es lo mismo nacer en Israel que en Palestina, o en Noruega que en una tribu de “yanomamis” a orillas del Amazonas, porque las influencias sociales y culturales son muy diferentes. Las amistades, la gente que nos rodea, cualquier vivencia que tengamos, los conocimientos científicos, filosóficos, o religiosos, etc., todo nos influye y nos determina de alguna manera.

Tengamos en cuenta, que las percepciones recibidas a través de los sentidos se elaboran e interpretan en nuestro cerebro hasta formarnos una realidad o modelo del mundo, a lo cual denominamos paradigma.

El mundo se puede ver de diferentes formas, dependiendo del lugar desde donde se observe.

Imaginemos una pecera de cristal, de forma ovalada, donde en su interior vive un pequeño pez. ¿Cómo verá el mundo este animalito?, verá que vive solo en el interior de la pecera y observará el mundo exterior tergiversado por la curvatura del cristal que envuelve el lugar donde vive. Para analizar el conocimiento, desde la filosofía, se distinguirá el “objeto” y el “sujeto”. Según Inmanuel Kant (destacado filósofo de la Ilustración), es el sujeto el que hace en su mente la percepción del objeto.

Nosotros, los humanos, vivimos en éste universo, divisándolo como un mundo cuatridimensional percibido a través de nuestros sentidos y limitado en un formato espacio-temporal.

Sin embargo, según una de las últimas teorías procedente de la evolución de la teoría del todo, que es la “Teoría M”, surgida de la Teoría de Cuerdas y Sepercuerdas, el universo tiene 11 dimensiones. El tiempo está formado por una sucesión continua de instantes. Podemos imaginar que viéndolo desde una posición que tenga 5 ó más dimensiones, el tiempo puede percibirse como una película o sucesión de fotos, cada una de estas fotos equivale a un instante del tiempo. El espacio es tridimensional y lo percibimos en 3D. El espacio-tiempo es como una línea de unas dimensiones enormes e inimaginables en forma curvada, que puede que sea infinita y tal vez cerrada.

La vida de cada uno de nosotros es muy corta y está formada por un número muy limitado de fotos de esa larguísima película que forma la historia del universo. Igual que nuestras dimensiones espaciales, es decir, nuestro tamaño (largo, alto y ancho) son insignificantes si lo comparamos con las dimensiones del Cosmo.

Hay que tener en cuenta, que el Universo donde estamos ubicados, está formado por cientos de miles de millones de constelaciones y que cada constelación posee ciento de miles de millones de estrellas. A lo que hay que añadir que cada estrella puede albergar un puñado de planetas y éstos últimos otros tantos satélites.

Así que el Universo puede tener entre (1 a 100 por 10 elevado a 22)  planetas o satélites (algo así como 1.000.000.000.000.000.000.000.000 planetas o satélites), que es una enorme cantidad de astros pululando por el espacio intergaláctico.
Mucho más insignificantes somos si nos comparamos con el Multiverso (o Universos Paralelos).

Dicho lo anterior, de esta enorme cantidad de planetas o satélites que tal vez existan en nuestro Universo, podemos deducir, matemáticamente hablando, que hay una enorme probabilidad de que existan seres vivos y hasta seres vivos con inteligencia como nosotros, en otros sistemas estelares o en otras constelaciones ajenas a la nuestra, o incluso con inteligencia más desarrollada que la de la especie humana.

Y que observando nuestro Universo, desde otra dimensión superior, ésto lo podría hacer un Demonio de Laplace, un ser imaginario que utilizan algunos científicos para explicar cosas concretas (infórmense qué quiere decir ésto, ya que no tengo tiempo para explicarlo), podríamos darnos cuenta que la cuarta dimensión se vería toda completa. Algo así, como si la película del tiempo la abriéramos y se presentara estirada, fotograma tras fotograma, que es como la vería ese supuesto Dios que usted imagina o ese supuesto Demonio de Laplace, de tal manera que se observaran, todos los instantes del tiempo y el espacio, a la misma vez.

De ésto se deduce, que el “libre albedrío”, es una ilusión, que tenemos los humanos al percibirla desde este mundo cuatridimensional espacio-temporal en el que avanzamos por el tiempo, de foto en foto o de instante en instante.

Ahora, situándonos en el lugar de la moral, no quiere decir, que yo (o cualquier otro) como persona, me desinterese por llevar una vida digna, ayudando a los demás y tratando de construir un futuro o mundo mejor en el cual vivirán mis descendientes o las generaciones futuras, porque actuando de esta forma y si es la tendencia generalizada de todos los de mi generación y otras venideras, veré que determinísticamente se está produciendo un mejoramiento de la sociedad y por tanto de la humanidad; aunque al final, todo tendrá su fin, porque el Sol (nuestro planeta) se apagará, como todas las estrellas lo hacen; y antes de eso, la vida en el planeta Tierra desaparecerá, con lo cual, también la humanidad. Por supuesto, deseo que ésto último tarde el mayor tiempo posible.

Para terminar, recordemos lo dicho por Stephen Hawking a este respecto:


<<”Experimentos recientes en neurociencia corroboran el punto de vista de que es nuestro cerebro físico, siguiendo las leyes conocidas de la ciencia, el que determina nuestras acciones, y no algún agente que exista fuera de esas leyes. Si nuestro comportamiento está determinado por las leyes físicas, de manera que parece que no somos más que máquinas biológicas y que el libre albedrío es solo una ilusión. Como resulta tan impracticable utilizar las leyes físicas subyacentes para predecir el comportamiento humano, adoptamos lo que se llama una teoría efectiva”>>.

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