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Hay
que tener en cuenta que Jürgen Donges es un economista alemán que
preside un Consejo Económico para el gobierno germano; por lo tanto,
es parte o partícipe de la toma de decisiones en la política
económica de Angela Merkel y de su posición política. También
asesoró a sus antecesores Helmut Kohl y Gerhard Schöder, según
dice él mismo en la entrevista. Habla perfectamente el español,
como hemos podido comprobar en el programa de La Sexta y es que nació
en Sevilla donde vivió una parte de su vida, aunque es alemán de
nacionalidad y de origen. Ideológicamente, desde el punto de vista
económico, pertenece al ordoliberalismo o Escuela de Friburgo que es
como el Neoliberalismo pero en versión europea y principalmente
alemana; tiene un comportamiento algo más social que el
neoliberalismo de la Escuela de Chicago de Milton Friedman que es el
culpable, desde mi punto de vista, de la desregulación de los mercado
y causante de la actual crisis financiera. Por supuesto está
bastante alejado del liberalismo económico de la Escuela Austriaca
que propugna el “anarcocapitalismo”.
En
esta entrevista lo he visto muy suave, afectivo y comunicativo. En
alguna otra entrevista lo he visto más crítico y agresivo; por
ejemplo, en una que le hicieron en TeleMadrid, en el año 2009. Creo
que se adapta a quien le hace la entrevista. Ahora bien, una de sus frases más demoledoras es cuando dice en la entrevista lo siguientre "Vosotros sois unos discípulos ejemplares"; si nosotros somos los discípulos ¿qué significa? ¿que ellos son los maestros? ¡vaya trato de tú a tú! ¡vaya respeto democrático!. ¿Así se cohesiona la Unión Europea?.
En
cuanto a lo que dice, pues es cierto que hemos vivido durante 10 ó
15 años "por encima de nuestras posibilidades", creando una burbuja
inmobiliaria, a sabiendas que la estábamos creando, porque desde el
año 2002 los técnicos del Banco de España ya nos habían advertido
de ello, y ahora se ha acabado la fiesta y nos toca sufrir las
consecuencias. Tenemos una deuda total, entre privada y pública, (la
Deuda Privada mucho mayor que la Pública, lo que pasa es que la
deuda de los Bancos la quieren transformar en Pública) para que la
paguemos entre todos, en vez de que la pague quien la ha creado, que
ronda un 400 % del PIB y ésto creo que supondrá un período duro de
entre 10 a 15 años o algo más de sufrimiento, con un nivel de vida
bastante más bajo del que estábamos acostumbrados en la época de
bonanza. Sin embargo, sigo pensando en contra de lo que ese señor
nos quiso dar a entender que lo que Alemania impone a los países
deudores de la periferia de Europa es lo mejor para todos. Será lo
mejor para Alemania, para que sus Bancos recuperen lo prestado; pero,
también es lo peor para los países deudores.
Hemos
caído en una “Trampa de Deuda Deflacionaria” esto supone una
reducción de la demanda hasta tal punto que produce deflación y
ésto es lo peor que le puede ocurrir a un país, mucho peor que la
inflación.
La
inflación, que es una subida continua de los precios, si está más
o menos controlada, se puede sobrellevar perfectamente y puede estar
producida por una subida, por ejemplo, del petróleo, es decir, de
los carburantes que influyen en el transporte y por tanto en los
costes de los bienes y servicios de la economía real, también puede
estar ocasionada por la subida de los impuestos que recaigan en esos
bienes o servicios, como por ejemplo el IVA. Y por último, puede ser
originada por una
creación de dinero superior a la de la subida del PIB real, que es
lo mismo que decir, que ha crecido más que lo que ha subido la
economía. Esta creación de dinero puede estar ocasionada porque los
Bancos conceden créditos a las empresas o a las familias o porque
los Bancos reciben créditos de otros Bancos extranjeros o del Banco
Central Europeo por lo que aumentan sus deudas.
Los
gobiernos, para conocer los valores macroeconómicos utilizan, entre
otros, el control del IPC (Indice de Precios al Consumo), pero este
índice solo controla las variaciones de los precios de una serie de
productos y servicios de consumo de primera necesidad, pero en ella
no está incluida, por ejemplo, la subida de los precios de la
vivienda; por eso, en la burbuja inmobiliaria los precios de la
vivienda se duplicaron y triplicaron y sin embargo la inflación
anduvo alrededor del 3 % anual nada más.
En
la década de los años veinte del pasado siglo, tras la Primera
Guerra Mundial, la inflación en Alemania se disparó de una manera
exageradísima, lo que dejó un trauma enorme en la sociedad alemana.
Este trauma, aún lo tienen en su subconciente social y su obsesión
es evitar que les ocurra otro momento como aquél. Es comprensible
que quieran evitar que les ocurra otra vez lo mismo pues recuerdan
históricamente lo mucho que sufrieron.
Un
grupo de estadistas con visión de futuro transformaron, en el pasado
siglo, la Comunidad del Carbón y del Acero hasta convertirla en la
Unión Europea, en esta transformación estuvieron presentes,
principalmente, Alemania y Francia y poco a poco fue aumentando con
otros Estados. En 1992 se firmó el Tratado de Maastricht y en 2002
se estableció como moneda única el Euro, así apareció el
Eurosistema que pretendía disponer de una moneda fuerte que hiciera
a sus Estados miembros más competitivos.
Con
la Eurozona surgió un Ente compuesto por varios Estados con una
moneda común fuerte y con el Banco Central Europeo como Banco
Central, pero quedó con un defecto enorme que ahora impide que los
países deudores de este grupo no tengan medios para defenderse de
esta situación como tiene cualquier país en estas circunstancias.
Esta carencia es la no disponibilidad de un Tesoro Público con la
que pueda defenderse contra los efectos colaterales de la Deuda y la
Deflación.
Como
he dicho antes la Deflación es aún peor que la Inflación, porque
se puede propagar o aumentar con más velocidad y hacer daño más
rápidamente. Cuando la Demanda baja con respecto a la Oferta, los
precios bajan y se produce desempleo y esto se retroalimenta
produciendo más deflación y más desempleo, con cierre de empresas
y disminución del PIB entrando en una recesión imparable que en el
caso de España, como decía antes de ayer el periódico The
Economist, nos puede llevar imparablemente a la “Espiral de la
Muerte”.
La
deflación hace que bajen los precios en el mercado de forma
continua. Ante este efecto, los consumidores retienen sus compras
dejándolas en suspenso para realizarlas más tarde cuando bajen los
precios, causando con ello una bajada en la demanda, lo que hace que
bajen, aún, más los precios y se produce más deflación. Es el
efecto contrario al que produce la inflación.
Estamos,
como ya he dicho, en una “Trampa de Deuda Deflacionaria”, que
produce deflación y recesión con un alto porcentaje de paro y la
demanda reduciéndose cada vez más. En esta situación, lo peor que
se le puede hacer a la economía es hacer políticas fiscales con
reducciones del Gasto Público y con subidas de impuestos como el IVA
(de un 18 % a un 21 % y en algunos productos y servicios pasándolos
del IVA Reducido al IVA General), como se ha hecho ahora.
Estas
políticas fiscales producen más paro con lo que aumentan las
prestaciones por desempleo, aumentando el Gasto Público. Y la subida
del IVA ocasiona una reducción de la Demanda, que, en parte, no se refleja en
un aumento de los ingresos del Estado, ya que las empresas, como
estamos viendo en estos momentos, soportan el IVA como costes
añadidos sin subir los precios y para contrarrestar esta subida de
costes reducen sus plantillas produciendo más paro, por tanto, más
prestaciones por desempleo y en definitiva más Gasto Público, sin llegar a cubrir los ingresos previstos.
Otro
efecto negativo en el que estamos inmersos es que nos hemos metido en
lo que los economistas llaman la “Paradoja de la Frugalidad”.
Supone, en situaciones como la actual, que si hacemos crecer el ahorro, eso hace que, también, se
reduzca la demanda, porque el dinero que se coloca para ahorrarlo no
está disponible para el consumo, cuando éste es escaso, reduciendo
la actividad económica y haciendo más difícil que se produzca
ahorro futuro y sin ahorro no hay inversión. Además, ante el miedo,
los ahorradores tienden a evadir capitales a paraísos fiscales.
Ahora, en los países deudores de la Zona Euro, se están evadiendo
capitales, una buena cantidad se han dirigido a Alemania.
Concretamente desde Grecia, España e Italia, se han dirigido ahorros
hacia Alemania.
Los
países acreedores de Europa quieren recoger lo que han prestado a
los países deudores, pero para conseguirlo deberían adoptar una
actitud más inteligente facilitando a los deudores sus pagos en
plazos más largos. Está claro que existen intereses enfrentados. El
Eurosistema no es lo que al principio parecía: “un grupo de países
que trataban de afrontar los problemas en común y repartían los
beneficios en común.
Para
terminar diré que si los países acreedores, especialmente Alemania,
siguen por esas derivas, las condiciones adversas terminaran
afectándoles a ellos también. Así, que aquí caben tres cosas;
UNA,
que cedan, facilitando el pago a los deudores, como ya he dicho; DOS,
que Alemania salga del Euro, si tanto miedo le tiene a la inflación,
facilitando las políticas de expansión a los deudores, con
políticas monetarias expansionistas, dentro del Eurosistema, que a
nosotros un poco de inflación no nos haría ningún daño, sino al
revés, habría más dinero para que la actividad económica se
animara y pasaríamos de deflación (muy negativo) a un poco de
inflación (aceptable). Y TRES:
En el peor de los casos, para nosotros los países deudores podríamos
salir de la Euro Zona, si Alemania no se retira, y volver a nuestras
antiguas monedas y nuestra independencia para hacer políticas
monetarias que nos beneficie a través del Banco de España, como
antes del año 2002 se hacía. Esta tercera opción nos beneficiaría de cara a las exportaciones, principalmente; pero en cambio, nos haría más cara las importaciones, entre las que habría que incluir las de petróleo, hoy por hoy, muy necesarias.
Al final Jürgen Donges dice que lo que toca es "precariedad o paro"; sin embargo, las políticas que quieren que apliquemos es para conseguir "PRECARIEDAD Y PARO" y con esos dos ingredientes más se tardará en pagar la Deuda.
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Al final Jürgen Donges dice que lo que toca es "precariedad o paro"; sin embargo, las políticas que quieren que apliquemos es para conseguir "PRECARIEDAD Y PARO" y con esos dos ingredientes más se tardará en pagar la Deuda.
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